HISTORIA
En otro tiempo llamada Taberna del Turco o taberna de Caridad la Lebrijana, lugar famoso en el Madrid de principios del siglo XVII, la Taberna del Capitán Alatriste está en el corazón del barrio de los Austrias, en la confluencia de la calle San Bruno (nombre que recibió en el siglo XVIII, siendo conocida antes como calle del Peso de la Harina o calle del Arcabuz), y la calle Grafal (nombre que sustituyó en 1747 al viejo nombre de calle del Azotado). La planta baja del edificio, que conserva los muros antiguos de piedra y ladrillo, incluye en el subsuelo, intactas, sus originales cuevas centenarias del siglo XVI, construidas con materiales de la muralla árabe que se usaron para levantar las casas vecinas y rellenar el antiguo foso defensivo de la ciudad, inútil ya en esa época. El trazado de tales murallas y fosos, hoy desaparecidos, dio origen a los actuales nombres de calles próximas como Cava Alta y Cava Baja.
Según se detalla en relaciones diversas, entre otras los conocidos Papeles del alférez Balboa, conservados en la Biblioteca Nacional (*), la taberna de Caridad la Lebrijana se situaba entre la calle de Toledo, la Posada de la Villa y otras posadas para viajeros de la Cava Baja, en la plazuela llamada del Peso de la Harina, y era lugar notorio en la Villa y Corte, frecuentado por soldados, rufianes, poetas y espadachines, corazón de una ciudad fascinante y peligrosa, de callejuelas estrechas y mal alumbradas, conventos, tabernas, mancebías y garitos de juego, cuando en tiempos del rey Felipe IV Madrid era, todavía, la capital del imperio más grande de la tierra.
Era aquélla, según testimonian los documentos de la época, una España arrogante y orgullosa donde la vida había que ganársela, a menudo, entre el brillo de dos aceros; y ése era el oficio del Diego Alatriste y Tenorio, apodado Capitán Alatriste, soldado de los tercios de Flandes y espadachín a sueldo, cuyas legendarias aventuras tuvieron estas mismas calles por escenario. Aquí vivía Diego Alatriste en un cuarto alquilado a la Lebrijana, en compañía del joven Iñigo Balboa, hijo de un camarada muerto en Flandes; y en estas mesas se reunía con amigos y vecinos como el poeta don Francisco de Quevedo (que junto a su enemigo Luis de Góngora fue el más grande poeta de su tiempo, y quizá de la lengua española), el dómine Pérez (sacerdote de la cercana iglesia del colegio imperial de los jesuitas en la calle de Toledo), el licenciado Calzas (abogado en la cercana plaza de la Provincia, hoy Santa Cruz), el ex soldado Juan Vicuña (propietario de un garito de juego en la cava de San Miguel), el Tuerto Fadrique (boticario de Puerta Cerrada), o el teniente de alguaciles Martín Saldaña (habitual de la Plaza Mayor).
En estas calles y lugares inmortalizados por la poesía, el teatro y la literatura, sigue latiendo hoy el pulso de aquellos personajes y de la España turbulenta y apasionante a la que pertenecieron. Y a quien pasea por el antiguo barrio de los Austrias le es fácil imaginar que tras cualquier esquina se topará con la delgada y taciturna silueta del capitán Alatriste, verá brillar la espada de su mortal enemigo el italiano Gualterio Malatesta, advertirá el acento andaluz del pintor Velázquez camino del Alcázar Real, escuchará tras la tapia del corral del Príncipe o de la Cruz a los comediantes declamar versos de Lope de Vega o Calderón, en representaciones teatrales que a veces terminan a estocadas, o encontrará a Francisco de Quevedo componiendo jácaras de bravos y rufianes, sentado a una de estas mismas mesas, entre lances de amor o de espada y botellas de vino. Borrar las fronteras entre Historia y ficción, combinar gastronomía, fantasía, cultura y memoria, esulta fuente de especial placer para cualquiera. Este lugar, este barrio y este Madrid son buena prueba de ello.(*) Papeles del alférez Balboa, que lo fue en Rocroi. Memorias del capitán de la Guardia Real de Felipe IV don Iñigo Balboa Aguirre, relación manuscrita de 478 páginas, subastados en 21 de noviembre de 1951 en la casa de Subastas Claymore de Londres. Actualmente en la Biblioteca Nacional, Madrid.
RESTAURANTE
La Taberna del Capitán Alatriste está situada en el centro de Madrid, en un palacio del siglo XVI, con una cuidada decoración ambientada en el Madrid del Siglo Oro. Sus diferentes salones se encuentran en las mismas cuevas y muros que son reflejo de la época pasada, y donde se pueden degustar los platos típicos de la gastronomía madrileña, así como disfrutar de una agradable velada en su terraza exterior en el Madrid de los Austrias.
COCINA
Una cuidada selección de productos típicos de la gastronomía madrileña forman la cocina de este restaurante, donde entre otras especialidades podemos destacar el Cochinillo Asado, la Chuletada del Capitán, la Carne y los Pescados a la Brasa, las Migas de la Lebrijana o la Tarta de Flandes, que se complementan a la perfección con una extensa carta de vinos que cuenta con más de 175 referencias.